Los avances en la tecnología del transporte, entre otras cosas incluso más importantes, han hecho de la vida del ser humano una vida sedentaria, gorda y enfermiza. Hace no muchos años, el prácticamente único medio de transporte del cual el ser humano disponía eran la mula y el carro. Dicho medio, al ser lento y aparatoso, solo se solía utilizar en ocasiones especiales tales como para cargar con un peso descomunal o hacer viajes de distancia considerada. Así pues, a nivel "intrapoblacional" la gente se desplazaba usando unos aparatos llamados piernas, que fíjate tu, subían asta escaleras.
Pero hoy en día la cosa ha cambiado, y el más claro ejemplo de pasividad humana se encuentra en un rico, pijo y ancianamente poblado pueblo cuyo nombre empieza por "Ge" y termina por "txo". En este pueblo encontramos al ciudadano moderno por excelencia, es decir, tal como en la Edad Media las ardillas podían cruzar la península entera saltando de árbol en árbol, este ciudadano puede recorrer su pueblo saltando de rampa en rampa, de ascensor en ascensor y de funicular en funicular. Y por si fuera poco, goza de una excelentísima red de transporte urbano como el metro y el servicio de autobuses, todos ellos con un amplio horario por si a algún vecino le apetece ir a comprar el pan a las 6 de la mañana. Además, estas rampas y ascensores, tan comunes como las propias aceras (incluso más), son cada vez más rápidos, ergonómicos y resistentes (sobre todo resistentes debido al incremento de la masa corporal de la población).
Y yo digo al ayuntamiento..."¡¡SI!! ¡esto mejora la comodidad del pueblo y reduce las arcas municipales!, ¡¡SI!! ¡Mc Donal's se está forrando!, ¡¡SI!! ¡seremos el primer pueblo-cráter mundial! (es decir, el primer pueblo dentro de un cráter, ya que algún día la tierra cederá a causa del excesivo peso infligido por unos seres llamados hombres-bola).
Sencillamente así. Un ayuntamiento ejemplar buscaría un equilibrio entre bienestar y comodidad, y apostaría por una población saludablemente deportista. Si, es cierto que este pueblo tiene una amplia gama de instalaciones deportivas y numerosos clubes que albergan todo tipo de deportes, pero si se tiene que ir al mismo campo de fútbol a través de unas pasarelas mecanizadas la imagen que das es un poco contradictoria. En fin, diciendo esto me voi. Cogeré el ascensor para dar una vuelta en autobús por el parque.
Pero hoy en día la cosa ha cambiado, y el más claro ejemplo de pasividad humana se encuentra en un rico, pijo y ancianamente poblado pueblo cuyo nombre empieza por "Ge" y termina por "txo". En este pueblo encontramos al ciudadano moderno por excelencia, es decir, tal como en la Edad Media las ardillas podían cruzar la península entera saltando de árbol en árbol, este ciudadano puede recorrer su pueblo saltando de rampa en rampa, de ascensor en ascensor y de funicular en funicular. Y por si fuera poco, goza de una excelentísima red de transporte urbano como el metro y el servicio de autobuses, todos ellos con un amplio horario por si a algún vecino le apetece ir a comprar el pan a las 6 de la mañana. Además, estas rampas y ascensores, tan comunes como las propias aceras (incluso más), son cada vez más rápidos, ergonómicos y resistentes (sobre todo resistentes debido al incremento de la masa corporal de la población).
Y yo digo al ayuntamiento..."¡¡SI!! ¡esto mejora la comodidad del pueblo y reduce las arcas municipales!, ¡¡SI!! ¡Mc Donal's se está forrando!, ¡¡SI!! ¡seremos el primer pueblo-cráter mundial! (es decir, el primer pueblo dentro de un cráter, ya que algún día la tierra cederá a causa del excesivo peso infligido por unos seres llamados hombres-bola).
Sencillamente así. Un ayuntamiento ejemplar buscaría un equilibrio entre bienestar y comodidad, y apostaría por una población saludablemente deportista. Si, es cierto que este pueblo tiene una amplia gama de instalaciones deportivas y numerosos clubes que albergan todo tipo de deportes, pero si se tiene que ir al mismo campo de fútbol a través de unas pasarelas mecanizadas la imagen que das es un poco contradictoria. En fin, diciendo esto me voi. Cogeré el ascensor para dar una vuelta en autobús por el parque.