Devido a las continuas mejoras tecnologicas en el campo de internet, tanto en programas como en sistemas moviles de conexión, las redes de contaco social como Tuenti, Facebook, Twitter… están siendo cada vez mas utilizadas por personas de todas las edades y lugares del mundo. Esto supone un problema seriamente grave, más grave incluso que la más mortífera epidemia que pueda asolar algun día nuestro planeta, ya que esta enfermedad socioneuronal que vuelve adicta a la población se extiende a una velocidad vertiginosa.
Estas redes sociales, cada vez más abiertas y fáciles de usar, permiten al usuario estar más vigilado por entidades publicas o pribadas. Además, la mayoría vienen con el pack “vigilancia guvernamental” y el pack “¡Que bien! Aparezco en Google”. Con todas estas fatídicas facilidades, ¿Quién no se animaría a abrirse una cuenta en tuenti? Es mas, tonto sería el que no lo hiciese,¡Que subnormalmente idiota hay que ser para no querer exponer tus datos personales, mensages, fotos, comentarios, archivos… a entidades que las promulgan por todo el sistema virtual dejandote indefenso ante cualquier problema jurídico y social!.
Es verdad que estos sitios web nos permiten mantener conversaciones gratuitas con la gente, e incluso mandarles mensages y todo tipo de archivos, pero ¿A qué precio?. Cientos de personas son despedidas anualmente, o simplemente no son aceptadas en diversos trabajos a consecuencia de colgar fotos algo comprometedoras o escribir comentarios idos de tono en redes sociales que, aunque te prometen seguridad y protección de datos, son posteriormente vigiladas por los altos cargos de diferentes empresas. Además, ¿Cuantas personas han sido violadas o asesinadas a consecuencia de pertenecer a estas redes? Mientras esa gente disfrutaba y vivia su vida, otras personas se apoderaban de su información personal para su posterior disfrute sexual o asesino. Pero no, la culpa no es de ese pobre violador y ese humilde asesino, la culpa es de esa irresponsable persona que se ha dejado engañar y ha expuesto su vida a un desconocido llamado “tuenti”.
Aparte de todo lo anterior, he de decir, y es algo que duele admitir, que la absoluta mayoría de los usuarios son conscientes del peligro que pueden suponer estas redes, y sabiendolo, no hacen nada para cambiarlo, y es más, incluso se vuelven estupidamente adictos a esas porquerías. Por lo tanto, me gustaría advertir a esas personas que son ellos y ellas los y las que probocan que la sociedad se hunda en un mugriento y maloliente fango de mentiras, corrupción, violencia, idiotez y retraso mental. Ojalá todo el mundo pudiese depender de la inteligencia suficiente para poder dejar esas tonterías.
