viernes, 17 de diciembre de 2010

¿LO ENTIENDES?

Las navidades, con sus calles llenas de luces, familias, regalos, villancicos, el olentzero… Todo suena a felicidad, risas, alegría, suerte…

Sin embargo, en estas fiestas como en todas y todos los años, el abuso se hace notorio, ya sea con la comida, con el dinero, con el alcohol…

Todos sabemos que estas son fechas de estar con los más queridos, la familia, amigos, pareja… y todo ello es posible adoptando un cierto grado de responsabilidad, siendo así capaces de controlarnos y no hacer ninguna tontería.

Sí, me estoy refiriendo al tema del alcohol, concretamente del alcohol frente al volante, ya que por desgracia, estas víctimas se siguen haciendo hueco en el telediario del día a día. ¿No es verdad, siendo tú uno de ellos, que merece la pena pensárselo bien y poder seguir disfrutando estas fechas con los más queridos los próximos años? Cada vez el número de mortalidad en la carretera es mayor, ya sea de niños, jóvenes o adultos. Un tercio de los accidentes en navidad es a causa del alcohol. El pasado año 2009, el cincuenta por ciento de las muertes estubieron relacionadas con el alcohol. En el grupo de edad entre los 20 y 49 años.

Últimamente, con el aumento de las noches de fiesta, sobre todo entre los jóvenes, se ha incrementado el riesgo de accidentes en carretera, ya que muchos de nosotros no nos percatamos del peligro que supone tomarnos una “copa” y, a continuación, lanzarnos a la carretera.

Personalmente creo que a los jóvenes en general, nos cuesta ver el peligro que conllevan ciertas acciones y no solo eso, sino que además nos sentimos capaces de controlas dichas situaciones (Ya sea por despreocupación, inmadurez, falta de sentido común… ). Si a esto le añadimos la ingesta de alcohol, esa sensación aumenta, se duplica, se triplica, sin ser conscientes de que el riesgo también aumenta, haciéndose nueve veces mayor sin darse cuenta. Es en ese preciso instante, cuando alguien bebido se sienta detrás de un volante cuando se produce la tragedia.

Los conductores despreocupados de la vida y de lo que pasa a su alrededor, son hoy en día el mayor peligro en la carretera. Creo que no son conscientes cuando se sientan al volante con una “copita de más”, es decir, conducir ebrio. Poner en peligro la vida de una persona, y en este caso de, probablemente, muchas en una imprudencia evitable.

Lo que vemos en los medios de comunicación no es un simple dato, sino que cada vez hay más compañeros o familias conocidas que se encuentran entre esas víctimas. Y las víctimas no son solo las personas que sufren los accidentes, sino también personas que se ven salpicadas por el desastre, es decir, a todos los que están a su alrededor, ya sean familiares, conocidos, compañeros… dejándoles inmersos en un mundo totalmente extraño, un mundo lleno de dolor y desolación.

Cada vez son más frecuentes los anuncios y artículos que nos ruegan la prevención en la carretera (en todos los sentidos, conduciendo ebrio, no abrocharse el cinturon...). Muchos de los anuncios son impactantes, con lo que intentan transmitir la responsabilidad que conlleva conducir y aún más de la incompetencia de hacerlo ebrio.

Por eso, estas fiestas, cuando se supone se deben estrechar lazos, compartir momentos felices, entregar regalos… ¿Qué mejor regalo sería que aportar nuestro pequeño o gran grano de arena siendo responsables de no provocar estas situaciones, evitando la desilusión y el desastre? Al fin y al cabo, somos nosotros quienes deberíamos tomar partido en ello. SI BEBES NO CONDUZCAS ¿LO ENTIENDES?