- Toma, ¡y no te lo gastes en vino eh!

- ¿Qué no me lo gaste en qué? Me paso las noches a -5ºC en el banco de un parque, ¿cómo quieres que no me emborrache?
Yo tenía un trabajo, uno como otro cualquiera detras de la mesa en una inmobiliaria, y de pronto se fue a pique, el banco me embargó la casa y mi novia igual que vino, se fue. No encontré trabajo y me quedé sin nada. Asi me quedé, solo, no tengo hijos ni padres y soy hijo único.
Y se repiten las historias, con diferencias entre ellas por supuesto, cientos de veces al año. Una historia como podría ser la de cualquiera, pero no somos capaces de verlo y seguimos (y seguirémos) mirando por encima del hombro.
ANYON.