sábado, 19 de marzo de 2011

YO EN COCHE OFICIAL, ¿Y TU?


Madrid.10:47 a.m. Un coche, de cuya marca no quiero acordarme, atraviesa a toda velocidad la Gran Vía. Se detiene. Alguien abre la puerta para bajarse. La intriga es máxima: ¿Quién será? se preguntan los sorprendidos viandantes. Su pregunta pronto tendrá respuesta: El misterioso ocupante del automóvil es una diputada del congreso que viene a hacerse las mechas a la peluquería "Eclipse". Es una cuestión de vida o muerte, su pelo debe estar perfecto, para las sesiones del pleno del Congreso, cueste lo que cueste; en este caso, mucho dinero.

Así, la susodicha utiliza para desplazarse por entornos urbanos un automóvil valorado en 140.000 euros, y equipado con todas las prestaciones (GPS, ordenador de a bordo, lunas blindadas y tintadas, un motor de máxima p otencia, sistemas anti-misiles, mini-bar, una lampara de Swarovski colgada del techo, etc...), vamos, lo básico para preservar su "valiosa" seguridad, en una ocasión en la que no es tan necesario.

Además, no está sola, ya que va acompañada de cuatro guardaespaldas de medidas descomunales que la acompañan durante todo e viaje y su estancia dentro del local. El caso, es que estos "maromos" son funcionarios del estado, y sus sueldos los pagan los contribuyentes, es decir, los ciudadanos de a pie. Y todo esto en plena crisis económica y con miles de familias llegando con problemas a fin de mes.

Una pregunta se propaga por muchas cabezas pensantes ¿Es necesario gastarse tanto dinero para realizar un simple viaje a la peluquería?

Algunos, defienden que la seguridad de los altos cargos públicos SIEMPRE, y repiten ,SIEMPRE debe ser algo prioritario cuando estos salen de casa, vayan a donde vayan. Así, defienden el hecho de que diputados, senadores, alcaldes, etc... se gasten el dinero de las arcas publicas en "juguetitos" y "amiguitos" que les proporcionen la máxima protección cuando abandonen sus hogares o lugares de trabajo, gastando, además, litros y litros de caro y valioso combustible en cada una de sus "peligrosas travesías".

Otros, por el contrario, abogan por el uso de transportes mas asequibles, como, por ejemplo, coches oficiales que simplemente no dispongan de tantas "chuminadas" y que rondarían los 30.000 como precio máximo. Asimismo, defienden el deber de dar ejemplo que tienen los altos cargos del estado y animan a los/las políticos/políticas a desplazarse en metro, autobús o tranvía, medios de locomoción menos contaminantes que el automóvil. Finalmente, no comprenden la abultada cantidad de guardaespaldas que suelen llevar estos "personajes" públicos, y reclaman que el número de escoltas asignados para tareas "no laborales" se rebaje.

Bajo mi punto de vista, los cargos públicos deberían dejar de comportarse como estrellas del rock que temen a sus alocados fans e intentan huir de ellos, y empezar a comportarse como lo que son, personas que llevan la voz de miles, incluso millones de habitantes a los escenarios políticos del estado para que estas sean escuchadas de una vez por todas.

ROCKEFELLER