La energía nuclear es la fuente enérgica más eficiente que se conoce hoy en día, y según científicos, una de las más limpias. A pesar de ésto, hay mucha gente que protesta contra esta fuente de energía, pues el accidente de Chernovyl demostró el gran potencial de la radiación. Ahora, nuevamente, el desastre de Japón ha reavivado el conflicto: ¿nucleares sí o no?
Por mucho que la energía nuclear sea necesaria para mantener nuestra vida desarrollada y llena de tecnología y vicios, no merece la pena arriesgar la vidas humanas por sus vicios y hay varias razones para creerlo.
Para empezar, hace unos días debido al tsunami ocurrido en Japón seis reactores de una central nuclear quedaron dañados y empezaron a escaparse partículas radiactivas. El gobierno ordenó evacuar a todas las personas que estuvieran en un perímetro inferior a ochenta kilómetros, aunque otros países recomiendan evacuar a un perímetro de ciento veinte kilómetros. Aun así, la radiación ha llegado a varias personas, aunque no sea en un nivel muy alto. El viento ha ayudado a que la radiación no vaya hacia el sur de Japón, pero cuando cambie el viento se tendrán que evacuar muchos más kilómetros. Cerca de cincuenta trabajadores de la central tienen ya los días contados por la radiación y este número podría aumentar. Aparte de perjudicar a los japoneses, las partículas han cruzado el Océano Pacífico y han llegado a Estados Unidos.
Otro ejemplo es el que ocurrió en Chernovyl. Aquel fue el primer gran desastre causado por una central nuclear. Muchas personas sufrieron mutaciones y a causa de ellas muchas también murieron. Las familias que vivían allí y muchas que, seguro todavía están allí, tendrán un daño psicológico intratable para el resto de sus vidas a parte del sufrimiento de la pérdida de amigos o familiares.
Visto lo visto, la energía nuclear es demasiado para nosotros. No lo digo sólo por los hecho citados anteriormente, sino por otro tipo de hechos menores que no somos capaces de controlar. Por ejemplo, un desastre no tan grande pero muy cercano, fue el del río Gobela, que se desbordó dos veces en una semana. El río Gobela es un río diminuto pero que al parecer no somos capaces de controlarlo, de evitar o preveer un minidesastre. Esto me lleva a preguntarme: si no somos capaces de controlar un río ridículo en tamaño, ¿cómo vamos a ser capaces de controlar una central nuclear?
Arriba os he puesto unas fotos con las consecuencias de las radiaciones causantes de las mutaciones en los habitantes de Chernovyl. Las fotos son todas reales, en ninguna se exagera sobre la situación de la persona fotografiada. ¿Son fuertes, verdad? Pues imaginaros que son vuestros hijos. ¿Qué opinaríais sobre las centrales? ¿Seguirían siendo igual de buenas como lo son ahora para muchos?
Con todo esto quiero que os deis cuenta de lo peligrosa que es la energía nuclear y que la mentalidad hay que cambiarla, porque por mucho que una central esté en perfectas condiciones un imprevisto como el tsunami de Japón la destroza y se desencadena un desastre enorme. Creo que no hace falta mucho para darse cuenta qué es lo correcto y qué no, y aunque la energía nuclear sea muy eficiente se deberían mejorar e inventar métodos más seguros y rentables o aprender a conformarse con la energía que se crea en las energías renovables.