viernes, 29 de abril de 2011

UN VIAJE FANTÁSTICO, AMIGO TALIBÁN


A todo el mundo le gusta la sensación de seguridad. Sentir que todo va bien, que nada sale del plan establecido, que no hay imprevistos, es lo que busca la gente a lo largo de su vida. Por consiguiente, como la vida no es más que un largo viaje, y un viaje largo no es más que la suma de los viajes cortos, a todo el mundo le gusta la sensación de seguridad cuando viaja. Los sudores fríos, la piel de gallina, y ese pequeño ataque al corazón ante el peligro inminente no son buenos compañeros, y es mejor dejarlos en casa.


Para hacer sentir que en efecto, el viajero ha dejado las pequeñas taquicardias en casa, en los aeropuertos acostumbran a agruparlos y desagruparlos arbitrariamente delante de escáneres, policias con manos enguantadas, detectores de metales, y funcionarios con cara de aburrido repartiendo cajitas de plástico entre el personal para depositar monedas, llaves, y todo lo que uno lleve en el bolsillo.


A los aviones, al ser tan facilmente secuestrables, no se puede subir con limas, cortauñas, pequeñas tijeras, ni objetos contundentes de ningún tipo. Es por tu seguridad, por la mía y por la de todos. Sin embargo, hay cosas que no dejan de llamar la atención, una vez todo el mundo está listo para embarcar.


Se puede descansar en bares, bares normales y corrientes, con sus mesas y sus sillas de patas metálicas desmontables que a nadie en se le ocurriría utilizar a modo de objeto contundente, salvo, quizás, los que tenían pensado secuestrar el avión con un corta-uñas. También se puede pedir comida, tanto dentro como fuera del avión, comida que será acompañada por cubiertos metálicos en los restaurantes de la zona de embarque y en el mismo vuelo, para los de primera clase. Queda demostrado que los terroristas viajan en charter. Incluso, si con la compañia Lufthansa, el usuario pidiera una cerveza, se la sacarían en una botella de cristal de 33 cl, no demasiado peligrosa per se, pero un arma de destrucción mas i.v.a. para quien sea diestro en el manejo de la lima y el mechero.


Por lo menos, las líneas aéreas no incluyen bombas en sus menús, seguro que si lo hicieran, los controles y los escáneres se duplicarían. Por seguridad. Para que Mohammed no lleve la bomba de su casa y no haga gasto.