viernes, 19 de noviembre de 2010

EXPLOTACIÓN DE MENORES


En países del Tercer mundo sigue funcionando de una forma alarmante la explotación infantil en el trabajo. La razón de que aún se siga dando este fenómeno es debido a la pobreza que estos mantienen. Esta explotación se concentra principalmente en Asia, África, Latinoamérica y también en el Caribe con cerca de 5 millones de niños, cuya labor se centra especialmente en áreas como la agricultura, servicio doméstico, minería, construcción y manufactura entre otras. La mayoría de estos infantes se ven obligados a generar recursos a corta edad para abastecer a sus familias de más ingresos, ya que viven en unas condiciones de extrema pobreza.

Es verdad que este fenómeno cada vez se esta dando en menos cantidad, pero, de todas formas debería de estar penalizado porque se están violando los derechos de estos menores, haciéndoles trabajar ciertas horas bajo unas condiciones no precisamente dignas. Es decir, las condiciones a las que están sometidos los menores son infrahumanas y generan efectos devastadores para estos, debido a las largas jornadas de trabajo que los niños hacen, siempre acompañados de esfuerzo físico y psicológico.

Por otro lado, las largas jornadas y las penosas condiciones en las que estos menores realizan su trabajo pueden llevar a facilitarles la exposición a enfermedades o accidentes irreparables, los cuales muchas veces conllevarían a la muerte. Además el trabajo que estos adolescentes hacen, les impide su acceso a una educación digna, que estos deberían de tener.

Sin embargo, es cierto que existen organizaciones como por ejemplo Human Right Watch o OIT (Organización Internacional del Trabajo) que se encargan de difundir y crear conciencia a nivel mundial, a través de diversas publicaciones y campañas sobre la materia. Al esfuerzo mundial por acabar con la explotación de menores de edad, también se ha unido la cadena MTV, la cual a través de la campaña “MTV EXIT”, pretende dar a conocer el alcance de la explotación infantil que afecta a gran parte del mundo.

Por último queda decir que la conciencia de los ciudadanos también es fundamental para sacar a delante unas relaciones de comercio más justas y para hacer una mejora de las condiciones de vida de estos países.

Aldana.