jueves, 18 de noviembre de 2010

¡GRACIAS FUMADORES!


Todos los domingos suelo frecuentar un bar del pueblo donde veo los partidos del Athletic. Es verdad que al principio me repugnaba el olor y la densidad del humo del tabaco en el aire, la cual me hacía toser y me dejaba ese abominable tufo en la ropa. Sin embargo, todo eso cambió hace un par de meses.

La sociedad convive desde hace muchísimo tiempo con el consumo del tabaco. Ya los primeros europeos observaron como los indígenas de América lo fumaban, y desde entonces se ha venido consumiendo durante largos siglos. De hecho, hace no demasiado incluso se recomendaba fumarlo debido a los beneficios que causaba. Pero todo esto se ha visto frenado por la actitud “ultrasanitista” de varias organizaciones.

Estos ilustrados alegan que el tabaco produce dolores gastrointestinales, problemas respiratorios o que acorta la vida de uno. Sí, es muy fácil buscar inconvenientes o problemas a cualquier causa. Supongo que a estas alturas nadie puede negar estos efectos del tabaquismo ya que lo que digan los expertos va a misa. No obstante, las organizaciones sanitarias parece que se han empeñado en sacar a la luz solo los defectos, puesto que también se ha demostrado científicamente que la nicotina actúa como analgésico, protege del Alzheimer o del Parkinson. Más sorprendente aún: en determinadas circunstancias protege del cáncer de pulmón. (Los lugares donde los trabajadores respiran polvo, como en las minas, el riesgo de que el cáncer afecte a los bronquios disminuye entre los fumadores.) Una curiosa paradoja: en un ambiente altamente contaminado, como ocurre en muchas ciudades (recordemos la capa de humo sobre Pekín, Nueva York o Madrid), el tabaco podría proteger al fumador más que perjudicar.

Por otro lado está el beneficio económico. El precio del tabaco ha subido en los últimos años escandalosamente, cosa que seguro habrán notado los fumadores. Pero el dato más escandaloso no es su precio, sino el dinero que recaudó en 2008 el Estado mediante los impuestos indirectos sobre el tabaco: 9.266 millones de euros. Es más, entre 1998 y 2008 el estado recaudó más de 70.000millones de euros. A todo esto, en dos años el precio del paquete ha subido casi un 40%; que cada uno saque las conclusiones que quiera.

Mientras que todo el mundo habla de la crisis económica se sigue intentando disuadir el tabaquismo, a pesar de que estos financien gran parte de los bienes nacionales. En caso de que se prohibiese la venta del tabaco, el efecto seria claro: se dejaría de ganar dinero y habría que subir los impuestos.

Desde que soy consciente de esto, cada vez que aspiro el aroma del tabaco ajeno me lleno de satisfacción y no me queda más que pensar: ¡muchas gracias por fumar!



DEVIN