domingo, 20 de febrero de 2011

A ESPERAR, BIEN!

Cuando llego a casa después de un día agotador lo único que quiero hacer es relajarme. Y que mejor manera de hacerlo que viendo algún capitulo de una serie graciosa sentado en el sofá de casa. Simplemente lo que hay que hacer es abrir el portátil, buscar ese capítulo por internet y empezar a verlo.

Esto, sin embargo, no sería posible sin la página web que nos da la oportunidad de ver infinidad de películas y series online, proporcionándonos total libertad para elegir entre miles de películas, con la única desventaja de que cada 72 minutos que pasas viendo este tipo de cosas tengas que esperar para volver a ver más. Y es que eso no parece tan malo cuando te das cuenta de que sería peor si no existiera, que es exactamente lo que el senado ha decidido hacer al haber aceptado definitivamente la llamada “Ley Sinde” el pasado 24 de enero.

Hay que tener en cuenta que las películas son un modo para aprender sobre distintas culturas, de darse cuenta de la realidad del mundo, y que sobre todo, son el pasatiempo preferido de la ciudadanía. Si nos limitan tanto a la hora de verlas, limitaran nuestra cultura también, así como el gusto de ver una buena película.

¿De verdad pierden mucho dinero los directores y las empresas de cine? No debe de ser así ya que en ningún otro país hay nada parecido a esta ley (sin contar Ucrania que si que existe pero como si no). ¿Qué otra razón tienen para acabar con estas web? Ninguna. Ni la opinión de la ciudadanía, ni el hecho de que uno de los mejores cineastas Españoles como es Santiago Segura dimita debido a esta ley ha importado a los del senado, lo único que han tenido en cuenta ha sido la petición de los Estados Unidos para que se apruebe.

Por lo tanto, nos vamos a quedar sin la oportunidad de ver en cualquier momento cualquier película sin tener que ir al video club o al cine, y todo por culpa de una ley que no tiene ni pies ni cabeza. Y es ahora, cuando al contrario que antes, nos damos verdadera cuenta de que es mejor que te limiten parcialmente (mensaje de los 72 minutos) a que lo hagan de manera absoluta.