domingo, 20 de febrero de 2011

¿EXÁMENES HASTA QUÉ PUNTO?


Los exámenes son un método académico para obligar a los estudiantes a que estudien, y que así, aprendan. Hay exámenes prácticos y teóricos, y estos varían dependiendo de la ideología del centro de estudio y del país en el que éste se encuentre. Los exámenes, sean del tipo que sean, suponen una gran presión en aquellos y aquellas que los tienen que hacer. Por si fuera poco, esta presión va en aumento a la vez que el número de exámenes sube, y se convierte en un gran estrés para los pupilos, sobre todo si estos exámenes son el pan de cada día, como lo es en mi caso y en el de muchos y muchas que me rodean a diario.

Es excesivo el número de exámenes que los alumnos de educación secundaria y bachiller tenemos en un solo curso académico. En lo que llevo de año, he tenido 43 exámenes contados, esto sin incluir trabajos obligatorios que suponen parte de la nota final. Por un lado, entiendo que sea el método más rápido y fácil para evaluar a una masa. Además, no es fácil cambiar el método de aprendizaje que durante tantos años ha existido. Sin embargo, no creo que sea éste el metodo más eficaz ni mucho menos el más sano. Tiene importantes consecuencias, tanto físicas (acné, deformación de uñas y dedos, caída de pelo…) como psicológicas (mal humor, aislamiento, infelicidad…). Está comprobado por varias universidades que este método de aprendizaje supone un mayor abuso de substancias tóxicas (alcohol, porros, cigarros…) que se utilizan con el fin de filtrar el malestar interno.

Entiendo que los exámenes sean el método más fácil para evaluar a los alumnos, pero, ¿es necesario abusar de ellos cuando suponen una disminución de felicidad de las personas?