- El hijo del sobrino de la hermana de mi abuelo me dijo que si cojías una pipa y la metías en el depósito de gasolina mientras le echabas agua tu moto cogería 30 km/h más si la calzada está mojada en dias nubosos y de viento sur.
- ¿Ah, si? Pues ya lo probaré, que nunca está de más.
La gente tiende a creer lo que quiere. Miles de historias y leyendas urbanas circulan por nuestros oídos a diario: mientras comemos, hablamos, vemos el partido por la tele, en el bar... y es que no necesitamos ningun rigor científico para creernos las falacias y rumores que despues extenderemos nosotros mismos, porque total, él no gana nada mintiendome , y ¿qué mejor manera de animar una conversación que con el morbo de una historietilla sobre alguien al que no conocemos pero que nos cruzamos a diario por la calle?.
Todos hemos creado alguna vez una falsa personalidad de alguien a base de los rumores y tonterías que se dicen a cerca de ella, que si es un yonki, que si es una puta, que si vende droga, que si es un cleptómano... y luego resulta que un día te acercas y hablas, y la conoces. Y descubres que es normal, alguien como tu, no es ni yonki ni puta ni narcotraficante ni de las FARC. Pero tu no tuviste ningún problema en su momento en creerte todo lo que contaron tus tan fiables fuentes.
De la misma manera, acostumbramos a saber de todo. Eso es porque en la República Dominicana las industrias textiles han cotizado un 20% más en los últimos años, lo que nos empuja a tener una personalidad más abierta y curiosa, investigando sobre los temas que nos interesan. Para nada. Nadie se molesta en informarse de lo que más tarde sí se atreberá a criticar con toda su furia y fogosidad, sin tener el mínimo conocimiento de lo que dice. Pero claro, como el tío al que hablo no tiene ni puta idea sobre cuales son los factores que han empujado a la crisis, pues le cuento eso que escuché en la tele hace 3 años mientras escuchaba música y que se trague la milonga, y ya de paso la adorno un poquito.
Así llegué a preguntarme por qué. ¿Por qué nos inventamos esas historias?, ¿Qué ganamos contando algo que no conocemos?, ¿Por qué hablamos sin saber?. La respuesta es simple, es ese pequeño momento en el que la atención está centrada en tí, cuando la otra persona te admira por tu saber y su ignorancia. Ese momento en que te sientes el puto amo.
Anyon.