El concepto de deporte ha cambiado en gran medida en los últimos años. Si en un principio la actividad deportiva se asociaba al encuentro de amigos y a la competición sana y leal, actualmente el término nos lleva a pensar directamente en negocio y en millones.
A principios del siglo pasado cuando los futbolistas jugaba un partido, al finalizar el mismo, pasaban una gorra entre los espectadores, luego se repartían entre todos la recaudación, y ese era el sueldo de los jugadores. Al terminar el evento, todos volvían a sus casas y a sus trabajos. Nadie vivía del deporte.
La realidad de hoy en día es bien distinta. Villa, Pedrosa, Nadal, Gasol,… son nombres que asociamos al éxito y al dinero; dinero que se llevan ellos y que se mueve a su alrededor.
No todo es competición y esfuerzo, también hay patrocinadores y publicidad. A veces, esta publicidad está directamente relacionada con marcas deportivas, pero, otras es la imagen y el nombre del y de la (en la menor de las ocasiones) deportista la que se utiliza para vencer cualquier producto: cremas de afeitar, natillas, relojes,…
Si ellos ganan, las casas que les patrocinan mucho más. Aunque nos parezca increíble, hay casos en los que una empresa en crisis ha salido ¨a flote¨ sacando al mercado un producto patrocinado por una estrella del deporte. El marketing funciona, es como si por comer determinadas galletas o lavarnos el pelo con tal o cual champú fuéramos a nadar como Phelps, correr como Usain Bolt o jugar a tenis como Roger Federer.
En el negocio del deporte podemos encontrar todas las principales disciplinas del mundo de la empresa: gestión, finanzas, tecnologías de la información, contabilidad, derecho,… Cuando vamos a ver un partido del Athletic nos dejamos llevar por la afición, por animar a nuestro equipo,… nos cuesta pensar que todo eso está detrás nuestras ciegas ilusiones.
Sé que es así, pero nada me impedirá seguir disfrutando de un partido de baloncesto, de una carrera de atletismo o de un buen combate de judo.
A principios del siglo pasado cuando los futbolistas jugaba un partido, al finalizar el mismo, pasaban una gorra entre los espectadores, luego se repartían entre todos la recaudación, y ese era el sueldo de los jugadores. Al terminar el evento, todos volvían a sus casas y a sus trabajos. Nadie vivía del deporte.
La realidad de hoy en día es bien distinta. Villa, Pedrosa, Nadal, Gasol,… son nombres que asociamos al éxito y al dinero; dinero que se llevan ellos y que se mueve a su alrededor.
No todo es competición y esfuerzo, también hay patrocinadores y publicidad. A veces, esta publicidad está directamente relacionada con marcas deportivas, pero, otras es la imagen y el nombre del y de la (en la menor de las ocasiones) deportista la que se utiliza para vencer cualquier producto: cremas de afeitar, natillas, relojes,…
Si ellos ganan, las casas que les patrocinan mucho más. Aunque nos parezca increíble, hay casos en los que una empresa en crisis ha salido ¨a flote¨ sacando al mercado un producto patrocinado por una estrella del deporte. El marketing funciona, es como si por comer determinadas galletas o lavarnos el pelo con tal o cual champú fuéramos a nadar como Phelps, correr como Usain Bolt o jugar a tenis como Roger Federer.
En el negocio del deporte podemos encontrar todas las principales disciplinas del mundo de la empresa: gestión, finanzas, tecnologías de la información, contabilidad, derecho,… Cuando vamos a ver un partido del Athletic nos dejamos llevar por la afición, por animar a nuestro equipo,… nos cuesta pensar que todo eso está detrás nuestras ciegas ilusiones.
Sé que es así, pero nada me impedirá seguir disfrutando de un partido de baloncesto, de una carrera de atletismo o de un buen combate de judo.