Con la llegada del invierno la sociedad viste de muerte. Y no, no me refiero a los diferentes gustos a la hora de vestirse. Me refiero a las personas que osan a quitarse el frío del duro invierno cubriendo sus cuerpos con piel de animales muertos o mejor dicho asesinados.
Son muchos los individuos, por no llamarlos personas ya que las personas son seres racionales, que visten este tipo de prendas sin ningún tipo de reparo y que por si esto fuera poco, alardean en su entorno de sus prendas.
Pero, ¿son conscientes de la forma en la que acaban con esos animales? Y si lo son, ¿es que no tienen sentimientos?
Hay personas que se excusan en frases como: Una vez muertos no hay problema en que se use la piel. ¿Perdona? ¿He oído bien? Unos de los animales con las que la gente se viste son focas, nutrias o chinchillas y no es muy habitual observar a gente comiendo bistec de nutria.
Lo realmente fascinante del tema es que son los mismos consumidores los que se echan las manos a la cabeza cuando escuchan noticias acerca de robos y asesinatos, sin tener en cuenta que ellos son los verdaderos culpables de que se robe la vida a millones de seres vivos. Ya que sin demanda no hay oferta.
Dejando a un lado a los consumidores de este tipo de artículos, tenemos a los asesinos de dichos animales. Estos cometen crímenes sin ni siquiera ser penados y además reciben como recompensa dinero por su excelente trabajo como por ejemplo retorcer manualmente el cuello del animal o directamente asfixiarlos introduciéndolos en cajas.
Y por supuesto no hay que olvidar el hecho de que hay gente que esta detrás de todo este negocio, la cual obtiene grandes cantidades de dinero y se enriquece por medio de asesinatos y crimenes.
Observando mi postura podría decirse que soy un gran defensor de los animales, y a pesar de que eso sea cierto yo me considero persona y pienso que cualquiera con un mínimo de sentido común haría lo que estoy haciendo yo, es decir criticar y denunciar una situación la cual considero aparte de surrealista, siniestra y sobretodo repugnante.
En conclusión las personas que vayan a comprar o utilizar este tipo de prendas deberían pensar en el sufrimiento, el dolor y el temor que hay detrás de estas y valorar el hecho de que más vale pasar un poco de frío que acabar con un ser vivo.