Antiguamente los modales eran algo que se apreciaba casi más que cualquier otra cosa, tanto que casi todos, independientemente de ser hombres o mujeres, recibían clases de urbanidad y buenas costumbres. De esta manera, el civismo estaba presente en todos los ciudadanos, es decir, unas pautas mínimas de comportamiento social que nos permiten convivir en colectividad, basadas en el respeto hacia el prójimo, el entorno natural y los objetos públicos.
Pero esta capacidad para la vida en sociedad y la consideración hacia los demás escasea hoy en día y no es un valor que esté de moda. Muchas veces en el metro, la música chunta de los de al lado se mete en la cabeza y luego pasas el día tarareando una canción, que ni siquiera conoces. Pero esto no sólo pasa en el metro, no, también ocurre en la marquesina esperando al bus, en un parque, en la playa, en la sala de espera en una consulta...
Tengo una amiga que en estos casos suele decir de una manera que pretende ser sutil "¡Ei! ¿te regalo unos cascos?", pero todo lo que consigue son miradas asesinas y bufidos.
El problema es que esto no es algo que se limite a "la juventud de hoy en día", yo he oído a más de un adulto, con una apariencia la mar de respetable, emitiendo contaminaciones acústicas similares. El otro día, mientras "leía" (esa era mi intención) en el metro, una señora DEL VAGÓN DE AL LADO comenzó a hablar por teléfono sobre su sesión de peluquería de aquella mañana y creo que hasta el maquinista se enteró de lo cara que está hoy en día la permanente .
Otros especímenes molestos, son aquellos que cuando van en el coche, hacen saber de su llegada con una música estridente y que hace sospechar de los gustos del conductor, interrumpiendo la paz de los transeúntes.
En definitiva, la falta de educación hoy en día es algo bastante común y no resulta extraño ver a una persona escupir en el suelo o haciendo caso omiso al antiguo lema "dejar salir antes de entrar". Pero en cuanto a la falta de civismo que han traído los móviles en los espacios públicos, es algo a lo que no se le presta demasiada atención, pero irrita a muchos. Creo que se le debería dar una solución tan sencilla como la falta de cobertura en el metro, para que la ciudadanía pueda disfrutar concentrándose en su lectura.